domingo, 1 de julio de 2012

Circuito Camps: persecución a los Graiver y pujas en el Ejército

Los fiscales Hernán Schapiro y Gerardo Fernández hablan de las revelaciones de la segunda parte del juicio. La represión a la familia del empresario y el antisemitismo. Los secuestros y torturas derivadas de la pelea entre los militares Saint Jean y Viola. El secuestro de Timerman.

Los fiscales del juicio por el Circuito Camps, Hernán Shapiro y Gerardo Fernández

“Las detenciones parecerían haber sido para intentar quitarle el dinero a los Graiver y, además, con un fuerte contenido antisemita”. Con esas palabras los fiscales del juicio por el Circuito Camps, Hernán Schapiro y Gerardo Fernández, buscaron una explicación a los secuestros y torturas que la familia del empresario David Graiver padeció en la dictadura. Es que en lo que consideraron el tramo final del debate, describieron la actualidad del proceso que lleva nueve meses y que comenzó a revelar otra trama de la represión: la persecución económica a ese grupo empresario y la pelea interna de la dictadura por la sucesión de Jorge Rafael Videla en la presidencia, revelada por el secuestro del gabinete del gobernador provincial Victorio Calabró, dos facetas del genocidio que reforzaron los últimos testimonios (ver La pelea por la sucesión de Videla y El pacto y las aspiraciones de Saint Jean).

El juicio por el Circuito Camps se realiza en La Plata desde el 12 de setiembre pasado a 21 policías, dos militares –un policía y un militar murieron en el camino- y un civil, quienes son juzgados por los jueces Carlos Rozanski, Roberto Falcone y Mario Portela del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 281 víctimas. En los nueve meses de debate se visualizaron dos caras de la represión: una apuntada a los estudiantes, profesionales y trabajadores que integraban la oposición política a la dictadura, que fue ventilada en el primer tramo del juicio; y la otra faceta que comenzó a juzgarse hace un mes, que apuntó a la persecución económica del grupo Graiver –que impactó con saña en su familia- y la represión sobre el gabinete de Calabró, que tiene como origen “una interna dentro del ejército, aparentemente entre (el gobernador de facto) Ibérico Saint Jean y (quien luego triunfaría ne la pelea por la sucesión de Videla) el general Roberto Viola”, explicaron los fiscales.

“En el caso Graiver hay varios componentes”, explicó a Diagonales.com Schapiro, quien junto a Fernández integra la Unidad Fiscal Federal de La Plata, especializada en juicios por crímenes de lesa humanidad. “Hay un componente de persecución económica muy claro. Sabían que David Graiver era un banquero con mucho dinero y muchas empresas y que en el medio estaba Papel Prensa. Nosotros dictaminamos en la causa iniciada por la empresa de celulosa que, prima facie, podría haber sido apropiada, pero eso no tiene que ver con las detenciones, porque cuando se producen los secuestros la empresa ya estaba transferida. Y en el juicio eso se terminó de reflejar. Las detenciones parecerían haber sido para intentar quitarle el dinero a la familia Graiver y además tuvo un fuerte contenido antisemita. Por eso creo que tenía que ver con una persecución económica”, redondeó Schapiro.

-A criterio de la ficalía ¿Qué viene quedando demostrado en el juicio respecto de la represión a la familia Graiver?

Schapiro: –Viene quedando claro que había una persecución económica a la familia, que sabían que el grupo manejaba mucho dinero y que tenían la idea de que tenían plata de Montoneros, que creían que la organización política había depositado en el grupo para que les diera intereses. Eso lo estableció Norberto Cozzani en la indagatoria y también lo dijo Isidoro Graiver. Venía por ahí, por tratar de sacarles la plata y dejarlos fuera de juego, y para eso después les hacen el concejo de guerra.

Halcones y palomas. La represión de la que fueron víctimas los integrantes del gabinete del gobernador depuesto en 1976, Victorio Calabró -que comenzó a ventilarse en el debate a finales de mayo- reveló la persecución y las torturas a un grupo de prisioneros de la dictadura que quedaron rehenes de una interna dentro del Ejército Argentino por la sucesión en la presidencia de facto de la dictadura.

“En el caso del gabinete de Calabró lo que surge de los testimonios es que fue una investigación, entre comillas, tendiente a determinar irregularidades durante su gestión. Pero en lugar de hacer una investigación administrativa o judicial lo que se hizo fue un secuestro masivo con los métodos de un centro clandestino de detención”, detalló Fernández.

“Era claramente una pantalla. Y lo que aparece es que había una interna en el Ejército, aparentemente entre Saint Jean y (el Comandante en Jefe del Ejército y en 1981 sucesor de Videla) Roberto Viola”, amplió Schapiro.
 
F: –Viola se candidateaba como el reemplazante de Videla y era resistido por los sectores duros que encarnaba (el jefe del Primer Cuerpo del Ejército, Guillermo) Suárez Mason, de quien Saint Jean era su aliado central, que era el sector duro, el cual a fines del ‘78 cayó en desgracia. Lo que va surgiendo en el juicio es que estos tipos ven la posibilidad de pegarle a Viola a través de un protegido suyo que era Calabró. Eso es lo que están diciendo todos los testigos: buscaban entrarle a Viola encontrando algo en el gabinete provincial.

S: –Los torturaron de una manera tremenda. Como ejemplo está el caso de (el ex secretario de gobierno provincial y testigo en el juicio) Juan Destéfano, a quien incluso lo sacaban de la Unidad 9 donde estaba preso a disposición del Poder Ejecutivo para llevarlo a un centro clandestino para torturarlo. También está el caso de lo que pasó con la familia de (el ex ministro de economía) Ramón Miralles, que como no lo encontraron secuestraron a sus hijos y a su nuera, y los torturaron terriblemente.

F: –Lo más extraño de todo esto es que a Calabró, que era la cabeza, no lo tocaron. Él estaba protegido dentro de los límites de Capital Federal.

La pelea por la sucesión de Videla
Al menos seis testigos revelaron la trama de secuestros vinculada con una pulseada entre Viola y Saint Jean por la sucesión de Videla..

Todos los procesados del Circuito Camps en el corralito. En Primera fila, Saint Jean, el médico Berges y Etchecolatz
En lo que va del juicio por el Circuito Camps ya declararon seis testigos relacionados con los secuestros y torturas a miembros del gabinete del ex gobernador Victorio Calabró, de cuyos testimonios surgió que la cúpula provincial de la dictadura buscaba hallar alguna irregularidad que perjudicara a su protector, el Comandante en Jefe del Ejército Roberto Viola, quien emergía como sucesor del dictador Jorge Rafael Videla, opacando las aspiraciones presidenciales del gobernador de facto bonaerense, Ibérico Saint Jean.

Entre los testigos, habló el diputado provincial por la Juventud Peronista, Mario Medina, a quien secuestraron para que confesara un supuesto pacto entre Montoneros y Calabró.

En la última audiencia de mayo y las que le siguieron en junio declararon el ex secretario de la Gobernación Juan Destéfano; el ex ministro de Obras Públicas de Calabró, Alberto Salomón Liberman; y el ex director de ceremonial, Héctor Ballent. Todos ellos fueron secuestrados en mayo de 1977 y torturados salvajemente. También hablaron el hijo del ministro de economía de Calabró, Carlos Miralles, y su esposa Luisa Villar Riat, quienes relataron que fueron detenidos y torturados como rehenes para que el funcionario se entregue.
 
Todos señalaron a los imputados Iberico Sain Jean, Miguel Etchecolatz y Norberto Cozzani como responsables de los secuestros.

Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com

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