miércoles, 6 de junio de 2012

"Comíamos lo que les sobraba a los perros"

Dos testigos, uno de ellos por videoconferencia desde París, recordaron en la última audiencia las torturas y los padecimientos del encierro en los campos de concentración de la dictadura. La confesión del genocida Cozzani.

El testigo Alberto Canciani declaró en el juicio por el Circuito Camps-

“Primero comían los perros que ellos tenían y cuando saciaban su hambre, nos daban lo que sobraba a nosotros”. El relato describe las condiciones de cautiverio en la Comisaría Quinta donde Alberto José Canciani, un sobreviviente de la última dictadura, perdió 30 kilos. El testigo habló en la última audiencia del juicio por el Circuito Camps, luego de que otro ex detenido recordara su secuestro a través de una videoconferencia desde París. Más tarde, el Tribunal incorporó al juicio una nueva causa que involucra a tres de los 24 imputados y Norberto Cozzani amplió su indagatoria en la que confesó haber presenciado las torturas a la familia Graiver.

Canciani era un trabajador y delegado del Hipódromo de La Plata cuando el 1º de septiembre de 1977 fue secuestrado en 5 y 61 por personas de civil armadas que lo subieron a un auto y lo llevaron a donde luego supo que era la Brigada de Investigaciones de La Plata (BILP) ubicada en 55 entre 13 y 14.

Recordó también que unos pocos días antes de ser secuestrado, un grupo de hombres armados se había presentado en su trabajo en la farmacia del Policlínico del Turf (hoy Hospital Rossi de La Plata) y le prohibieron volver a trabajar.

El testigo habló el martes en el debate en el que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 (TOCF1) juzga a 24 represores por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 280 víctimas en seis centros clandestinos de detención que durante la dictadura cívico militar comandó la Policía Bonaerense bajo el mando del coronel Ramón Camps.

“En ese primer lugar fui interrogado de las dos maneras: de forma verbal y con torturas”, contó Canciani. Y agregó: “También fui torturado después en el establecimiento de Arana. Me preguntaban por mi actividad política, pero la única militancia que yo tenía era mi pertenencia a la Juventud Peronista. Jamás había pertenecido a lo que ellos llamaban grupos terroristas; no había usado un arma jamás y ellos sabían que yo no coincidía con esa metodología”.

El testigo recordó que después de ser torturado en Arana fue devuelto a la Brigada donde permaneció detenido durante dos meses junto con su compañero de trabajo quien también era delegado, Osvaldo Lovazano. En ese lugar también estuvo con otras detenidas como Lidia Fernández y Cristina Bustamante.

Según relató, “a los dos meses fuimos trasladados a la Unidad Regional y a la noche nos trasladaron a todos a la comisaría Quinta. Ahí comenzó el calvario”.

El testigo contó que la seccional de diagonal 74 entre 23 y 24 era “un depósito” de prisioneros donde les daban de comer una vez cada tres días. “Perdí hasta 30 kilos de peso”, graficó Canciani y recordó que a causa de la comida –que a veces estaba cruda- sufrieron una “gastroenterocolitis infecciosa” que le dejó secuelas “de por vida”.

El ex trabajado del hipódromo contó que después de cuatro meses en esa comisaría fueron trasladados al destacamento de Arana donde les dieron atención médica y alimentos, y luego los trasladaron al pozo de Banfield desde donde fue liberado el 8 de marzo de 1978, después de siete meses de cautiverio. También resaltó que no pudo recuperar el trabajo.

Larga distancia. En la misma audiencia, el sobreviviente Alberto Moutoukias dio su testimonio vía videoconferencia desde oficinas del consulado argentino en París, Francia, en el que contó que el 30 de agosto de 1977 fue secuestrado en 5y 59, frente a la comisaría Novena de La Plata, cuando ingresaba a la casa de Liliana Zambano.

“Un hombre de civil me sorprendió en la puerta y me condujo hasta la casa de Liliana donde estaba ella con un compañero de la facultad, Juan Gilbert –quien declaró en el juicio en la audiencia del lunes- encapuchados y rodeados de gente armada”, recordó Moutoukias.

El testigo recordó que fueron llevados a un lugar que luego identificó como Brigada de Investigaciones y el día siguiente fue trasladado a lo que luego supo que era el Destacamento de Arana, donde fueron torturados los tres.

Tres días más tarde fueron devueltos a la Breigada, donde compartió cautiverio, entre otros, con los trabajadores del hipódromo Canciani y Lovazano, con Héctor “Mono” Moncalvillo y la odontóloga Lidia Fernández.

Allí vio al cura condenado por crímenes de lesa humanidad en 2007, Christian Von Wernich, y recordó que el sacerdote dijo: “podríamos volver a pasarlos por la máquina”, sugiriendo a uno de los guardias que siguieran torturándolos. También contó que aunque a él no le ocurrió, ahí se torturaba a los detenidos.

Nueva causa. En la audiencia del martes el Tribunal integrado por los jueces Carlos Rozanski, Roberto Falcone y Mario Portela incorporó al debate una nueva causa que investiga el secuestro y torturas de cuatro víctimas en el centro clandestino de detención de Puesto Vasco, y que tiene por acusados a los policías José Antonio Cabrera, Oscar Verduri y Norberto Cozzani, imputados por otros crímenes en el juicio por el Circuito Camps.

Se trata de la causa 3021/09 caratulada “Raffo, José Antonio y otros s/ desaparición de personas”, presentación que realizada por el fiscal Sergio Franco el 8 de julio de 2009, en el que investiga las privaciones ilegales de la libertad y las torturas a José Esteban Cugura, Roberto Hualde, Pedro León Zabalía y Jorge Baquet, todos vistos en Puesto Vasco.

Al ser incorporada la causa los imputados tuvieron la posibilidad de declarar, pero salvo Cozzani quien terminó confesando las torturas a los Graiver, Cabrera y Verduri se negaron a hablar. 

Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com 

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