viernes, 29 de junio de 2012

Identificaron a los asesinos de Mario Gershanik en 1975 y de Horacio Urrera en 1976.

Acusados: Carlos Castillo (a) el indio, Fernández Supera (a) El Misto, Jacek Piechocki (a) el alemán, Juan José Pomares (a) pipi.
 
Un ex integrante del grupo de tareas identificó a los asesinos de Mario Gershanik en 1975 y de Horacio Urrera en 1976.

Al publicarse este artículo, el titular del Juzgado Federal N° 3 de La Plata, Arnaldo Corazza, tiene sobre su escritorio una declaración prestada ante escribano público por un testigo que incrimina a diez integrantes del grupo de tareas de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) platense en dos asesinatos cometidos por esa banda parapolicial, el primero de ellos en abril de 1975, y el segundo, en abril de 1976. El declarante, cuya identidad Miradas al Sur mantendrá momentáneamente en reserva, es un miembro de la patota que fue testigo directo de esos dos crímenes, por lo cual su declaración –que tiene valor legal al estar certificada por un escribano público, pero que puede ser ampliada si su señoría, como debe, decide interrogarlo en sede judicial– puede significar un avance de singular importancia en la causa, que por el momento permanece en estado letárgico por la inacción del juzgado.
La mayoría de los individuos nombrados por el testigo como participantes de esos crímenes ya habían sido identificados en las páginas de Miradas al Sur por los autores de esta investigación. Se trata de Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, Martín Sánchez (a) Pucho, Dardo Omar Quinteros, Juan José Pomares (a) Pipi, Antonio Agustín Jesús (a) Tony, David Masota (a) Feiño, Jacek Piechoki (a) El Alemán o El Polaco o Pablo, Ricardo Walsh (a) Richi, Gustavo Guillermo Fernández Supera (a) El Misto, y Néstor Causa (a) El Chino. De ellos, sólo Castillo y Pomares están detenidos por otras acciones criminales cometidas por la CNU.
Los asesinatos a los que se refiere son los del médico Mario Alberto Gershanik, perpetrado el 10 de abril de 1975, y del militante gremial Horacio Salvador Urrera, secuestrado la noche del 19 de abril de 1976 y asesinado pocas horas después junto a otras dos personas.

Un testigo fundamental. La declaración del testigo, certificada por escribano público, fue presentada por el abogado Eduardo Soares, representante legal de las querellas entabladas por los familiares de Mario Gershanik y Horacio Urrera. Los autores de esta investigación están en condiciones de afirmar que se trata de un documento de vital importancia para el esclarecimiento de estos dos asesinatos y el avance general de las causas relacionadas con el accionar de la patota paraestatal de la CNU platense.
 
El testigo –cuyo nombre, se reitera, Miradas al Sur mantendrá momentáneamente en reserva– es un ex integrante de ese grupo de tareas, del que participó activamente entre noviembre de 1974 y fines de abril de 1976. Se trata de la misma persona que se presentó espontáneamente en el juzgado a cargo de Corazza en el segundo semestre de 2010 con la intención de prestar declaración ante el juez, pero fue disuadido de hacerlo en circunstancias que, por lo menos, cabe calificar de confusas.
Es también el mismo individuo al que se refirió el inefable secretario de Corazza, Ricardo Botto, en un diálogo que mantuvo con el hermano de una de las víctimas de la patota y que los autores de esta investigación relataron en el artículo “Una máquina de dormir causas”, publicado por Miradas al Sur el 26 de febrero de este año. Allí se decía: “A principios de este mes, otro querellante, cuyo hermano fue asesinado por la CNU en 1975, se presentó en el juzgado para aportar el domicilio de un integrante de la patota de Castillo. Lo atendió Botto. ‘No le prestó ninguna atención a la información. Ni siquiera quiso revisar el número de la causa. Sin embargo, nos dijo que uno de los canas que había sido miembro de la CNU de La Plata, que le había ofrecido entregarle a todos los miembros de la patota a cambio de su inmunidad, confesó haber participado de muchas de las operetas de la patota, y que se los quería entregar porque era el único que había quedado fuera de la repartija. Y nos explicó que por razones de ética (sic) había rechazado el acuerdo. Lo extraño es que a pesar de que este hombre le confesó su participación, no fue detenido ni en ese momento ni nunca’, relató a los autores de esta investigación”.

Las víctimas y los asesinos. En su declaración ante el escribano público Esteban Rafael Morcillo, el testigo se refirió específicamente a los asesinatos de Mario Alberto Gershanik y Horacio Urrera. Los autores de esta investigación pueden asegurar que si Corazza le toma declaración en sede judicial –y lo interroga a conciencia– no sólo logrará que amplíe sus dichos sobre esos dos casos, sino que estará en condiciones de obtener información de primera mano sobre por lo menos otros veinte crímenes cometidos por el grupo de tareas capitaneado por Carlos Ernesto Castillo.
Mario Alberto Gershanik fue asesinado la madrugada del 10 de abril de 1975, cuando se resistía a ser secuestrado en la casa de sus padres, por un grupo de tareas conjunto de la CNU y la Triple A, comandado por Aníbal Gordon (a) El Viejo. La información reunida por los autores de esta investigación sobre ese crimen fue publicada por Miradas al Sur el 3 de julio de 2011, en el artículo “Zona liberada para matar a un médico”.
Ahora, en su declaración notarial, el testigo identifica a nueve de los autores de ese asesinato. Se trata, según el escrito que acompaña a la declaración, de: “Carlos Ernesto Castillo (alias ‘El Indio’), Martín Sánchez (alias ‘Pucho’), Dardo Quinteros, Juan José Pomares (alias ‘Pipi’), Antonio Jesús (alias ‘Tony’), David Masota (alias ‘Feiño’), y a Jucek Piechocki (alias ‘El Polaco’ o ‘Pablo’) y Ricardo Wolf (alias ‘Richi’)”, y de otro individuo al que sólo identifica como “‘El Chino’ Causa”. Miradas al Sur está en condiciones de aclarar que el mencionado “Jucek Piechocki” es el abogado Jacek Piechocki, y que “Ricardo Wolf” es en realidad Ricardo Walsh. En cuanto al individuo identificado como “‘El Chino’ Causa”, se trata de Néstor Causa (a) El Chino, conspicuo integrante de la banda.
Horacio Urrera fue secuestrado de la casa familiar la medianoche del 19 de abril de 1976, en una de las últimas de las acciones de la banda paraestatal comandada por El Indio Castillo antes de ser desactivada por orden del jefe de Área de Operaciones 113, coronel Roque Carlos Presti. Esa misma noche fueron también secuestrados Leonardo Guillermo Micheli y Carlos Alberto Satich. Pocas horas después, los cadáveres acribillados de las tres víctimas fueron hallados en las aguas del Arroyo San Antonio, en la localidad de Sarandí. Sobre el secuestro y asesinato de Urrera, los autores de esta investigación publicaron el artículo “Crónica de un asesinato anunciado”, en la edición de Miradas al Sur del domingo 16 de octubre de 2011.
Al referirse a este crimen en su declaración ante escribano público el testigo identifica a ocho de los autores: “Carlos Ernesto Castillo, Juan José Pomares, Gustavo Fernández Supera (alias “El Misto”), David Masota, Antonio Jesús, Dardo Quinteros, Martín Sánchez, y a quien debe identificarse como ‘El Chino’ Causa”, según consta en el escrito presentado por el abogado Eduardo Soares.

Pedidos de detención. En la presentación que acompaña a la declaración notarial del testigo, las querellas solicitan la indagatoria de todos los nombrados. En la mayoría de los casos, el juez Corazza no debería tener dificultades para encontrarlos y tomarles declaración. Como se dijo, Castillo y Pomares ya se encuentran tras las rejas y a disposición del juzgado por otros crímenes.
Gustavo Guillermo Fernández Supera (a) El Misto vive en la localidad de Olivos, donde también conduce la agrupación peronista “La Scalabrini Ortiz”. Por lo menos hasta el 31 de diciembre del año pasado figuraba como personal contratado en el Archivo General de la Nación (Contrato 0208B2011, del Ministerio del Interior). Los autores de esta investigación no han podido establecer todavía si este contrato fue renovado.
Antonio Agustín Jesús (a) Tony revistó como director de Referencia Legislativa de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires hasta mediados del año pasado, cuando debió renunciar (en realidad se acogió a una jubilación anticipada) debido a los artículos publicados por Miradas al Sur sobre su participación en la banda paraestatal de la CNU. Actualmente, goza de sus días libres en su casa de la localidad de City Bell, en las afueras de La Plata.
 
Jacek Piechocki (a) El Alemán o El Polaco o Pablo vive en Quilmes y dirige un estudio especializado en víctimas de accidentes de tránsito con sede en La Plata. Por tratarse de un abogado y para evitar errores de procedimiento, el escrito presentado por el abogado Soares ante el juez Corazza dice con claridad: “Pido en consecuencia la detención de Jucek (n. de la r.: Jacek) Piechocki a los fines ya mencionados arriba, estableciendo expresamente la salvedad de que –para el caso que se resuelva la detención en su Estudio Jurídico– se informe previamente al Colegio de Abogados donde se encuentre matriculado a fin de evitar posteriores nulidades”.

La CNU y la Bonaerense. Por otra parte, los querellantes le pidieron al juez Arnaldo Corazza que libre los oficios necesarios para que la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires informe si en la estructura de la ex Regional La Plata de esa fuerza revistaron, entre 1974 y 1976, las siguientes personas: “Un comisario de apellido González”, “un comisario de apellido Masuli”, “un personal con grado de oficial inspector de apellido Garachico”, y “un personal con el grado de oficial mayor de apellido Bilardo”.
Los autores de esta investigación están en condiciones de identificar al “comisario González” como el encargado de reclutar para el grupo de tareas de la CNU comandado por Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, a los policías Alfredo Lozano (a) El Boxer, Vicente Ernesto Álvarez y Roberto Antonio Storni. A fines de 1974, les ofreció a estos tres policías tener un segundo empleo como personal de seguridad de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata, a cuyo cargo estaba el padre del Indio Castillo. Revistando en ese empleo fueron incorporados al grupo de tareas de la CNU.
El “comisario Masuli” es en realidad el ex jefe de la Unidad Regional La Plata de la Policía Provincia de Buenos Aires, comisario Carlos Alberto Masulli, encargado de coordinar desde la Bonaerense la liberación de zonas para que el grupo de tareas de la CNU pudiera perpetrar sus crímenes sin ningún tipo de interferencia.
El “oficial inspector de apellido Garachico” revistaba en 1974 y 1975 como oficial principal y su nombre completo es Julio César Garachico (a) El Gordo. Era el nexo entre la patota comandada por El Indio Castillo y la Policía Bonaerense para coordinar la elección de “blancos” y la liberación de zonas. Actualmente, se encuentra detenido a disposición del juez Corazza por su participación en los asesinatos de los estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata y militantes montoneros Marcelo Bettini y Luis Eduardo Bearzi, perpetrados en Tolosa en noviembre de 1976.
El “oficial mayor de apellido Bilardo” tenía en 1975 el grado de suboficial mayor y su nombre completo es Alberto Juan Bilardo. Era el segundón del Gordo Garachico en la coordinación de acciones con la CNU.

La hora del juez. Como señala el escrito presentado por la querella, ahora el titular del Juzgado Federal N° 3 de La Plata “tiene una oportunidad inmejorable para avanzar en la causa, requerir indagatorias con elementos concretos y llevar adelante medidas de pruebas a partir de datos e informaciones ingresadas a la causa en forma directa y legítima, sin que puedan cuestionarse de ninguna manera”, así como de “despejar cualquier duda –si las hubiere tanto por parte de la prensa como de algún sector de la opinión pública– respecto de la actuación del Tribunal en relación a la celeridad del proceso como así también en traer al estrado a declarar como imputados a quienes corresponda con estricto resguardo de sus derechos y garantías”.
 
Los crímenes que se investigan fueron cometidos hace más de 35 años, pero no hay prescripción posible para ellos, ya que se trata de delitos de lesa humanidad por haber sido cometidos al amparo del Estado. Con este testimonio en sus manos, el juez Arnaldo Corazza –cuyo accionar en las causas relacionadas con la CNU viene siendo duramente cuestionado– tiene muchas medidas para tomar.
Por  Daniel Cecchini y Alberto Elizalde Leal - dcecchini@miradasalsur.com - Fuente: Miradas al Sur

Al menos no será "la Ex-Cacha"

Derechos Humanos de Provincia y Nación preservarán La Cacha
Estarán encargados junto con la Comisión por la Memoria de la conservación y demarcación del centro clandestino de detención. La medida se implementó tras la firma de un acta con la justicia federal luego de una recorrida por el predio donde Antropología Forense halló los cimientos y el sótano del edificio.
Los cimientos del centro clandestino de detención La Cacha hallados por los antropólogos forenses
La Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia en conjunto con la de Nación y la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) estarán a cargo de la preservación, señalización y localización del predio donde fueron hallados los cimientos del edificio en el que durante la dictadura funcionó el centro clandestino de detención conocido como La Cacha. La medida se implementó este mediodía luego de una recorrida por el lugar, en la que fue firmada el acta que hizo efectiva una resolución de la justicia federal platense.

La resolución judicial se hizo efectiva este mediodía con la firma de un acta realizada luego una recorrida por el predio ubicado detrás de la Unidad Carcelaria Nº1 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), entre las calles 191, 196, 47 y 52 (vías del ferrocarril Belgrano). En ese lugar, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizó excavaciones y halló los cimientos y restos del sótano de la casona donde funcionó el centro de detención y torturas que funcionó en 1977 y 1978 y que fue demolido para borrar todo vestigio de su existencia al finalizar la dictadura cívico militar.

De la recorrida participó el titular de Derechos Humanos Provincial, Guido Carlotto, junto al titular del programa de Investigación y Memoria, Matías Moreno, el secretario ejecutivo de la CPM, Alejandro Mosquera y Gonzalo Vásquez de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

“La justicia nos encargó formalmente la preservación del lugar. Vamos a hacer también la señalética de los lugares donde el EAAF hizo las excavaciones y encontró rastros de la casona donde funcionó el centro clandestino, como los cimientos o el sótano, o también la garita de guardia del lugar”, confirmó Moreno.

El acta rubricada contó con las firmas de representantes de ambas secretarías de DD.HH, CPM, el Juzgado Federal Nº 1, el EAAF, la policía científica de la Policía Federal, Abuelas de Plaza de Mayo y la Prefectura Naval.

La secretaria judicial Ana Cotter dijo que la resolución que ordenó a esas tres dependencias del estado provincial y nacional la preservación, señalización y localización de La Cacha había sido firmada en noviembre de 2010 por el titular del Juzgado Federal Nº1, Manuel Humberto Blanco. Sin embargo, Cotter explicó que el paso previo para que se hiciera efectiva, fue el trabajo de peritos de Gendarmería quienes escanearon con un geo-radar todo el terreno.

Los trabajos se realizaron desde el perímetro de la cárcel hasta la calle y el sector de la División de canes del SPB. En ese predio se identificaron los cimientos del edificio de la antigua planta de transmisión de Radio Provincia que luego recuperó el EAAF con las excavaciones que iniciaron a principios de este mes y que terminaron hoy.

La Cacha funcionó como centro clandestino de detención entre 1977 y 1978 y por allí pasaron más de 200 detenidos políticos, entre ellos mujeres embarazadas cuyos hijos luego fueron apropiados, como el caso de Laura Carlotto, hermana del secretario de derechos humanos provincial.

Por los crímenes cometidos en ese centro, el juez Blanco ya elevó el tramo de la causa caratulada “Arias Duval, Alejandro Agustín; Di Pasquale, Jorge Héctor; Romero Pavón, Carlos María y otros s/ homicidio, privación ilegal de la libertad, tormentos y sustracción de menores” que investiga los delitos cometidos en 1977. El expediente por los hechos del año 1978 –que tiene igual carátula- está en investigación. En ambas causas están imputados el gobernador de facto, el general Ibérico Saint Jean, su ministro de Gobierno Jaime Smart y otros 16 represores.

El centro. El campo de concentración funcionó en una edificación de la Radio provincial que durante la dictadura fue transferida al SPB por un decreto firmado por Saint Jean y Smart.
Tras el traspaso, el lugar fue destinado para funcionar como centro clandestino. Y a diferencia de otros, que existieron en la región durante la dictadura, no era una dependencia oficial perteneciente a ninguna de las fuerzas que allí actuaron, lo que potenció la ilegalidad de los actos.

Por los testimonios de los sobrevivientes de ese centro, se supo que el nombre “La Cacha” hacía referencia a la bruja Cachavacha, el personaje de Hijitus que tenía “la escoba que barre y borra” que “hacía desaparecer gente”. En ese campo de concentración actuaban el Ejército, la Marina, personal penitenciario y personal civil de inteligencia. De hecho, según los testimonios, algunos de los interrogadores eran estudiantes de las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata devenidos en “servicios”.

La construcción tenía un sótano, una planta baja y un primer piso. Allí se torturaba, se interrogaba y se mantenía a los prisioneros políticos encapuchados y encadenados a la pared.
Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com 

miércoles, 27 de junio de 2012

Hija de desaparecidos pone en evidencia la desidia del Poder Judicial

Hoy Clara Petrakos declaró en el juicio Circuito Camps, por la apropiación de Pedro Nadal García, su declaración mostró la búsqueda, la desidia del Poder Judicial y todo lo que aún queda pendiente. Esto dijo:
    Para explicar como llego a conocer a Pedro, tengo que contar un poco de mi historia y búsqueda:
    Mi madre, María Eloísa Castellini, se encuentra desaparecida y se sabe que al rededor del 10 de abril de 1977 dio a luz a una niña, mi hermana, en Pozo de Banfield. Hay numerosos testimonios que dan cuenta de esto, entre ellos, los de Adriana Calvo, Ana Maria Caracoche y Gustavo Caraballo.
    Es por esto y por la relación ampliamente probada del policía médico Bergés con los partos y apropiaciones de niños de personas desaparecidas en el llamado circuito Camps que en el año 1986 mi tía inicia una causa con 3 partidas de nacimiento firmadas por Bergés en la que se suponía que alguna de estas 3 personas podía ser mi hermana.
    Esta causa, a su vez, era un desprendimiento de una causa iniciada en 1985 por el entonces secretario de Desarrollo Humano y Familia de la Nación, Enrique de Vedia dónde se presentaron por lo menos 11 partidas firmadas por Bergés para solicitar el análisis de esos niños.
    También en este año: 1985 el Secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires presentó una denuncia con motivo de clarificar los nacimientos de hijos de personal policial (con partidas sospechosas)  una de ellas constatado por Bergés y 2 constatados por Vidal –médico de la policía-
    En el año 1986 o 1987, yo era una niña, pero recuerdo bien que me mostraron una foto escolar de un curso en el cual una de las niñas se suponía podía ser mi hermana.
    Pasaron los años y en el año 1997 encontré esta foto y quise saber que había ocurrido. Le pregunté a una tía que había seguido muy de cerca la causa y me explicó que aunque se habían hecho análisis las 3 chicas en un principio cuando todavía no se usaba el método de  ADN, una de ella no había descartado ni incluido con el método del HLA, y no se había logrado que el juzgado ordenara repetir los análisis para la obtención de ADN cuando se empezó a usar este método, por lo cual, no se sabía si la niña de la foto era o no mi hermana.
    No pude dejar de sorprenderme, ¿cómo podía estar esta duda durante tanto tiempo? Algo tenía que hacer. Tenía que ver a Mercedes, que así se llamaba.
    A fines de 1997 intento verla y recién en el tercer intento, un año después lo logro.
    Resumiendo, pudimos hablar y entre otras cosas Mercedes me comentó que cuando la pareja que la crió la fue a buscar a la clínica de Bergés, Bergés les preguntó si querían colocarle la fecha real de nacimiento u otra, a lo que ellos respondieron la real. Recordaba haber realizado el análisis y que había dado negativo. También le habían dicho que la clínica se había incendiado y quemado todos los papeles que allí había. Por tanto pensaba, nunca podría saber de su identidad. Le conté que podía hacerse un nuevo análisis, lo hizo y en junio de 1999 se comprobó que era hija de los desaparecidos uruguayos Aída Sanz y Eduardo Gallo.
    En mayo del 2001, declaro en el JxlaV en La Plata y menciono el tema de las partidas firmadas por Bergés y la Cámara, teniendo en cuenta que ya en ese momento había 2 personas que habían recuperado su identidad que tenían partidas firmadas por Bergés y otras 2 con partidas firmadas por Vidal, resuelve pedir al Registro Provincial de las Personas todas las partidas firmadas por los policías médicos Bergés y Vidal entre los años 1976 y 1983. Este pedido se hizo en el 2001 y la respuesta llegó un año después.
    A la luz de los certificados de nacimientos que ya se conocían firmados por estos médicos, la respuesta recibida por parte del Registro Provincial fue incompleta. Por ejemplo la respuesta de Avellaneda de dónde se conocen 7 partidas firmadas por Bergés (entre ellas la de Pedro como Luis Ferián) fue que no había de aquellos años.
    En el año 2003 conocí a la Dra Alonso Morales, de APM filial La Plata y le comenté de mi asombro de que a 18 años de que se conocieran las partidas firmadas por Bergés todavía no se hubiera podido obtener ADN de todas estas personas y realizar la comparación con todo el BNDG. Me comentó que justamente iba a iniciar una causa en el juzgado de Corazza con el fin de que cite a estas personas a tal fin y me mencionó que en por lo menos 2 de estas partidas los que figuraban como padres habían actuado en la Brig de Inv de Quilmes, uno de ellos era Ferián.
    Por otra parte, en abril del 2004, a raíz de un recordatorio que salió en Pg12 con las fotos de mis padres, me contactó Silvia Cartasso. Ella había conocido a mi mamá en la facultad de Agronomía y nos encontramos para charlar. Hasta ese momento, yo solo tenía relatos de mis padres por parte de la familia y amigos del colegio. Y en el caso de mi mamá también de compañeros de cautiverio. Todo lo que ella tenía para contarme era nuevo para mí y fuimos al EAAF para tratar de ubicar o saber que había pasado con las personas que ella recordaba relacionada a mis padres. La primera persona que contacta es a Lucy y cuando vamos las 3 juntas al EAAF, entre los recuerdos de las 2 surge el nombre de Jorge Iriarte y a continuación la foto de Hilda M García. A partir de allí, nos relatan los datos que había de su secuestro junto con su hijo menor en Guernica. Y nos dicen: "El marido y el hijo mayor, el que quedó en la vereda, viven en Francia. Pero el menor sigue desaparecido".
    Y en ese momento,  recordé una de las partidas firmadas por Bergés que me había llamado la atención ya que no se anotaba a un bebé recién nacido sino a un niño de casi un año. Era una partida del 26 de mayo del 76 dónde daba cuenta de un nacimiento el 20 de junio del 75 en Wilde Avellaneda, justamente quien figuraba como padre era policía de la BQ.
    Ahí sentí como piezas de rompecabezas que encajaban. El secuestro había sido en Guernica (que yo en ese momento pensé que era cerca de Quilmes), las fechas coincidían y encima la partida la firmaba Bergés.
    Nos fuimos. Por el camino Lucy dice: "Qué casualidad, una sobrina mía está de novia con un muchacho que estuvo exiliado en Francia, que tiene la madre y el hermano desaparecidos..."  Cuando preguntó a su sobrina no lo podíamos creer: era el mismo, Carlos Nadal!
    Con Silvia estábamos seguras de que era el mismo caso y  queríamos llamar a Jorge Nadal para decirle, pero en el EAAF nos dijeron que no podíamos ilusionar a un padre con una presunción nuestra. Allí uno de los antropólogos que trabajaba con la Dra Alonso de Abuelas, nos comentó que el Dr Corazza estaba citando gente con partidas firmadas por Bergés para hacerles el ADN, había que pedirle que lo cite. Cuando hablé con la Dra para decirle, nos comentó que el Dr Corazza ya lo había citado 2 veces sin obtener respuesta. Esto era, supimos después, porque lo citaba al domicilio de la apropiadora dónde Pedro hacía rato que ya no vivía. Ahí busco en la guía de teléfono por internet y encuentro un teléfono a nombre de Luis Ferián con un domicilio distinto al que lo estaban citando y se lo envío a la Dra Morales para que lo presente en el Juzgado.
    Mientras tanto, Silvia llamaba a Jorge Nadal para comentarle que había conocido a su compañera e hijos y quedaron que cuando el fuera por Bs As iba a ir a visitarla. Sin comentarle nada de la partida de Bergés por lo que habíamos quedado con los antropólogos.
    En septiembre del 2004 Jorge viene a Buenos Aires, se encuentra con Silvia y ahí lo conozco, decidimos con Silvia contarle lo que suponíamos y entonces se entrevista con el Dr Corazza para pedirle que cite a quién podía ser su hijo. Y antes de irse a San Luis fue al lugar dónde trabajaba a verlo. Finalmente Pedro recibe la citación, concurre, acepta hacerse el análisis y a fines de octubre del 2004 conoce su identidad. Esto es 19 años después de que secretario de Desarrollo Humano y Familia de la Nación presentara en una causa acá en la Plata su partida de nacimiento para que se investigue.
    El caso de Pedro es el tercero que se conoce hasta ahora en dónde Bergés firmó la partida de una persona apropiada luego del secuestro y desaparición de su madre. Los otros 2 casos son el de Mercedes Gallo Sanz que comenté y el de Carlos Delia que recuperó su identidad en el 95, también en una causa que se desprende de la causa de Vedia.
    Quiero resaltar entonces que en el año 1985 se realizó la denuncia con las partidas firmadas por Bergés y que si el poder judicial hubiese actuado mejor en aquel momento, Carlos podría haber recuperado su identidad 10 años antes, Mercedes 14 años antes y Pedro 19 años antes. Y es incomprensible que aun hoy hay numerosas causas iniciadas hace muchísimo tiempo  que no se investigan, que no se llega a los análisis, por ejemplo la causa iniciada por Bertoncello en 1985 que mencioné antes aun no se ha conseguido el análisis de esas personas que podrían ser hijos de desaparecidos. Para uno de ellos ya es tarde, falleció en el 2006.
    Hoy Clara Petrakos declaró en el juicio Circuito Camps, por la apropiación de Pedro Nadal García, su declaración mostró la búsqueda, la desidia del Poder Judicial y todo lo que aún queda pendiente. Esto dijo:
    Para explicar como llego a conocer a Pedro, tengo que contar un poco de mi historia y búsqueda:
    Mi madre, María Eloísa Castellini, se encuentra desaparecida y se sabe que al rededor del 10 de abril de 1977 dio a luz a una niña, mi hermana, en Pozo de Banfield. Hay numerosos testimonios que dan cuenta de esto, entre ellos, los de Adriana Calvo, Ana Maria Caracoche y Gustavo Caraballo.
    Es por esto y por la relación ampliamente probada del policía médico Bergés con los partos y apropiaciones de niños de personas desaparecidas en el llamado circuito Camps que en el año 1986 mi tía inicia una causa con 3 partidas de nacimiento firmadas por Bergés en la que se suponía que alguna de estas 3 personas podía ser mi hermana.
    Esta causa, a su vez, era un desprendimiento de una causa iniciada en 1985 por el entonces secretario de Desarrollo Humano y Familia de la Nación, Enrique de Vedia dónde se presentaron por lo menos 11 partidas firmadas por Bergés para solicitar el análisis de esos niños.
    También en este año: 1985 el Secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires presentó una denuncia con motivo de clarificar los nacimientos de hijos de personal policial (con partidas sospechosas)  una de ellas constatado por Bergés y 2 constatados por Vidal –médico de la policía-
    En el año 1986 o 1987, yo era una niña, pero recuerdo bien que me mostraron una foto escolar de un curso en el cual una de las niñas se suponía podía ser mi hermana.
    Pasaron los años y en el año 1997 encontré esta foto y quise saber que había ocurrido. Le pregunté a una tía que había seguido muy de cerca la causa y me explicó que aunque se habían hecho análisis las 3 chicas en un principio cuando todavía no se usaba el método de  ADN, una de ella no había descartado ni incluido con el método del HLA, y no se había logrado que el juzgado ordenara repetir los análisis para la obtención de ADN cuando se empezó a usar este método, por lo cual, no se sabía si la niña de la foto era o no mi hermana.
    No pude dejar de sorprenderme, ¿cómo podía estar esta duda durante tanto tiempo? Algo tenía que hacer. Tenía que ver a Mercedes, que así se llamaba.
    A fines de 1997 intento verla y recién en el tercer intento, un año después lo logro.
    Resumiendo, pudimos hablar y entre otras cosas Mercedes me comentó que cuando la pareja que la crió la fue a buscar a la clínica de Bergés, Bergés les preguntó si querían colocarle la fecha real de nacimiento u otra, a lo que ellos respondieron la real. Recordaba haber realizado el análisis y que había dado negativo. También le habían dicho que la clínica se había incendiado y quemado todos los papeles que allí había. Por tanto pensaba, nunca podría saber de su identidad. Le conté que podía hacerse un nuevo análisis, lo hizo y en junio de 1999 se comprobó que era hija de los desaparecidos uruguayos Aída Sanz y Eduardo Gallo.
    En mayo del 2001, declaro en el JxlaV en La Plata y menciono el tema de las partidas firmadas por Bergés y la Cámara, teniendo en cuenta que ya en ese momento había 2 personas que habían recuperado su identidad que tenían partidas firmadas por Bergés y otras 2 con partidas firmadas por Vidal, resuelve pedir al Registro Provincial de las Personas todas las partidas firmadas por los policías médicos Bergés y Vidal entre los años 1976 y 1983. Este pedido se hizo en el 2001 y la respuesta llegó un año después.
    A la luz de los certificados de nacimientos que ya se conocían firmados por estos médicos, la respuesta recibida por parte del Registro Provincial fue incompleta. Por ejemplo la respuesta de Avellaneda de dónde se conocen 7 partidas firmadas por Bergés (entre ellas la de Pedro como Luis Ferián) fue que no había de aquellos años.
    En el año 2003 conocí a la Dra Alonso Morales, de APM filial La Plata y le comenté de mi asombro de que a 18 años de que se conocieran las partidas firmadas por Bergés todavía no se hubiera podido obtener ADN de todas estas personas y realizar la comparación con todo el BNDG. Me comentó que justamente iba a iniciar una causa en el juzgado de Corazza con el fin de que cite a estas personas a tal fin y me mencionó que en por lo menos 2 de estas partidas los que figuraban como padres habían actuado en la Brig de Inv de Quilmes, uno de ellos era Ferián.
    Por otra parte, en abril del 2004, a raíz de un recordatorio que salió en Pg12 con las fotos de mis padres, me contactó Silvia Cartasso. Ella había conocido a mi mamá en la facultad de Agronomía y nos encontramos para charlar. Hasta ese momento, yo solo tenía relatos de mis padres por parte de la familia y amigos del colegio. Y en el caso de mi mamá también de compañeros de cautiverio. Todo lo que ella tenía para contarme era nuevo para mí y fuimos al EAAF para tratar de ubicar o saber que había pasado con las personas que ella recordaba relacionada a mis padres. La primera persona que contacta es a Lucy y cuando vamos las 3 juntas al EAAF, entre los recuerdos de las 2 surge el nombre de Jorge Iriarte y a continuación la foto de Hilda M García. A partir de allí, nos relatan los datos que había de su secuestro junto con su hijo menor en Guernica. Y nos dicen: "El marido y el hijo mayor, el que quedó en la vereda, viven en Francia. Pero el menor sigue desaparecido".
    Y en ese momento,  recordé una de las partidas firmadas por Bergés que me había llamado la atención ya que no se anotaba a un bebé recién nacido sino a un niño de casi un año. Era una partida del 26 de mayo del 76 dónde daba cuenta de un nacimiento el 20 de junio del 75 en Wilde Avellaneda, justamente quien figuraba como padre era policía de la BQ.
    Ahí sentí como piezas de rompecabezas que encajaban. El secuestro había sido en Guernica (que yo en ese momento pensé que era cerca de Quilmes), las fechas coincidían y encima la partida la firmaba Bergés.
    Nos fuimos. Por el camino Lucy dice: "Qué casualidad, una sobrina mía está de novia con un muchacho que estuvo exiliado en Francia, que tiene la madre y el hermano desaparecidos..."  Cuando preguntó a su sobrina no lo podíamos creer: era el mismo, Carlos Nadal!
    Con Silvia estábamos seguras de que era el mismo caso y  queríamos llamar a Jorge Nadal para decirle, pero en el EAAF nos dijeron que no podíamos ilusionar a un padre con una presunción nuestra. Allí uno de los antropólogos que trabajaba con la Dra Alonso de Abuelas, nos comentó que el Dr Corazza estaba citando gente con partidas firmadas por Bergés para hacerles el ADN, había que pedirle que lo cite. Cuando hablé con la Dra para decirle, nos comentó que el Dr Corazza ya lo había citado 2 veces sin obtener respuesta. Esto era, supimos después, porque lo citaba al domicilio de la apropiadora dónde Pedro hacía rato que ya no vivía. Ahí busco en la guía de teléfono por internet y encuentro un teléfono a nombre de Luis Ferián con un domicilio distinto al que lo estaban citando y se lo envío a la Dra Morales para que lo presente en el Juzgado.
    Mientras tanto, Silvia llamaba a Jorge Nadal para comentarle que había conocido a su compañera e hijos y quedaron que cuando el fuera por Bs As iba a ir a visitarla. Sin comentarle nada de la partida de Bergés por lo que habíamos quedado con los antropólogos.
    En septiembre del 2004 Jorge viene a Buenos Aires, se encuentra con Silvia y ahí lo conozco, decidimos con Silvia contarle lo que suponíamos y entonces se entrevista con el Dr Corazza para pedirle que cite a quién podía ser su hijo. Y antes de irse a San Luis fue al lugar dónde trabajaba a verlo. Finalmente Pedro recibe la citación, concurre, acepta hacerse el análisis y a fines de octubre del 2004 conoce su identidad. Esto es 19 años después de que secretario de Desarrollo Humano y Familia de la Nación presentara en una causa acá en la Plata su partida de nacimiento para que se investigue.
    El caso de Pedro es el tercero que se conoce hasta ahora en dónde Bergés firmó la partida de una persona apropiada luego del secuestro y desaparición de su madre. Los otros 2 casos son el de Mercedes Gallo Sanz que comenté y el de Carlos Delia que recuperó su identidad en el 95, también en una causa que se desprende de la causa de Vedia.
    Quiero resaltar entonces que en el año 1985 se realizó la denuncia con las partidas firmadas por Bergés y que si el poder judicial hubiese actuado mejor en aquel momento, Carlos podría haber recuperado su identidad 10 años antes, Mercedes 14 años antes y Pedro 19 años antes. Y es incomprensible que aun hoy hay numerosas causas iniciadas hace muchísimo tiempo  que no se investigan, que no se llega a los análisis, por ejemplo la causa iniciada por Bertoncello en 1985 que mencioné antes aun no se ha conseguido el análisis de esas personas que podrían ser hijos de desaparecidos. Para uno de ellos ya es tarde, falleció en el 2006.
http://circuitocamps.blogspot.com.ar/2012/06/25-de-junio-de-2012-testimonio-de-clara.html

martes, 26 de junio de 2012

Timerman denunció la participación de civiles en el secuestro de su padre

El canciller argentino declaró en el juicio por el Circuito Camps y apuntó al ex gobernador Saint Jean y el civil Jaime Smart. Vinculó el secuestro de su padre a la apropiación de Papel Prensa. También declararon su hermano Javier Timerman, el ex detenido Mario Medina y el hijo de desaparecidos, Mario Cugura.

El ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman declaró en el juicio por el Circuito Camps y denunció la participación de civiles en el secuestro y torturas a su padre, el dueño del diario La Opinión, Jacobo Timerman, y apuntó a dos imputados en el proceso: el ex gobernador bonaerense durante la dictadura, Ibérico Saint Jean, y su ministro de gobierno, el abogado Jaime Smart y presentó cables de la embajada norteamericana con los que remarcó “el poder de decisión sobre la vida y la liberación o sobre la tortura y la muerte” que esas personas tenían sobre su padre. Además, vinculó el hecho “a la apropiación de la empresa Papel Prensa y de la necesidad de secuestrar a Lidia Graiver para concretar esa apropiación”, explicó. En la misma audiencia también el hermano menor del funcionario, Javier Timerman, recordó los hechos que causaron “la destrucción de mi familia”, dijo.

El canciller declaró ante el Tribunal Oral Federal Nº1 de La Plata donde recordó el secuestro y las torturas que sufrió su padre en los centros clandestinos Puesto Vasco y COT1 Martínez, y presentó cables que intercambiaban la embajada de Estados Unidos y el Departamento de Estado norteamericano durante la dictadura, que daban cuenta del rol que cumplieron el gobernador y su gabinete: “Estos cables demuestran el rol que jugó el gobernador Ibérico Saint Jean y su gobierno y el poder de decisión que tenía sobre la vida y la liberación o la tortura y la muerte de Jacobo Timerman”, remarcó el actual canciller argentino.

Timerman recordó el drama familiar causado por el secuestro de su padre el 15 de abril de 1977 en la casa en la que vivía con su esposa y sus tres hijos. Además remarcó que en ese período la familia fue despojada de sus bienes y del diario La Opinión –en el que la dictadura realizó razzias entre los periodistas y desapareció a Enrique Raab y Edgardo Sajón, contó.

El primer reencuentro con su padre fue a los 45 días de haber desaparecido en la alcaidía de la Policía Federal. “A mi padre lo vimos llorando, golpeado completamente, con la ropa rota. Y recuerdo que lo que le decía a mi madre era muy duro: ‘olvidensé de mi porque yo nunca voy a salir de acá’. Llevó mucho tiempo que él se reponga”, recordó Timerman. Y contó que al poco tiempo desapareció nuevamente durante 30 días.

El canciller contó que el director del diario La Opinión fue sometido a torturas brutales “salvajes” y explicó que las razones variaban según el torturador: “Había tres grupos que participaban de las torturas: uno integrado por Ramón Camps y el cura Christian Von Wernich que centraban su acusación en el carácter subversivo de La Opinión y en el de mi padre como supuesto activista sionista en contra del país. Había otro grupo que era gente más preparada, más culta, con conocimientos de economía y política internacional que estaban interesados en el aparato subversivo, en las relaciones económicas entre grupos económicos y la subversión, que estaban vinculados más al tema de la investigación del caso Graiver”, recordó.

También dijo que el tercer grupo lo integraban “los torturadores que su único intención era causar daño a la persona”.

En su declaración, Timerman introdujo recortes del diario que dirigía su padre que evidenciaban la pelea pública con el gobierno de facto provincial. El canciller leyó un recorte del 9 de julio de 1976 en el que el periódico publicó la primera crítica a Saint Jean que rápidamente se extendió a los miembros de su gabinete, puntualmente al ministro Jaime Smart, y recordó que una de las críticas que más había molestado al dictador provincial fue un artículo del 20 de octubre de 1976 que levantaba un discurso suyo en el Instituto para el Desarrollo Ejecutivo (IDEA), en el que había dicho: “En esta lucha ideologica, integral, no se puede ser ni neutral ni ambivalente. Unos sucumbirán por indiferentes, los otros serán fusilados por colaboracionistas”.

“Estas opiniones que solo publicaba La Opinión era lo que molestaba a este grupo de civiles de La Plata que se dedicaba a estudiar el diario y hacer análisis ideológicos”, dijo Timerman tras leer textualmente. Y señaló que las personas de ese grupo que nombraba la opinión eran: el gobernador, Jaime Smart, Juan Torino, Héctor Munilla Lacasa, Edgardo Frola, Alberto Rodríguez Varela, Roberto Durrieu y Roberto Bulrich.

Además, para puntualizar las acusaciones, recordó: “COTI Martínez y Puesto Vasco son los lugares donde estuvo mi padre, y eran comisarías que dependían del general Saint Jean y de su ministro de gobernación Jaime Smart”.

Timerman - Graiver. “La demonización de David Graiver por los medios hegemónicos de entonces, que eran Clarín, La Nación y La Razón, se debía a la necesidad de hacer pasar lo más desapercibido posible la apropiación de Papel Prensa”, dijo a la salida de los Tribunales de La Plata el canciller Héctor Timerman tras su declaración en el juicio por el Circuito Camps, donde señaló el vínculo entre el secuestro de su padre y la apropiación de la papelera.

Ante los jueces del TOF1, el canciller recordó la participación del general Oscar Gallino: “Fue uno de los que interrogó a mi padre y es el mismo que tenía relaciones con los tres diarios por el despojo que sufrió la familia Graiver de Papel Prensa. Al mismo tiempo mi padre perdió todas sus propiedades”, explicó.

Resaltó también que los Graiver fueron tratados como delincuentes “por la construcción mediática que se hizo de la familia y del caso” y se preguntó: “¿Por qué se construyó un caso como si fueran los mayores enemigos de la Argentina?”. La respuesta, dijo, surgió de la denuncia por la apropiación de Papel Prensa: “Tenían que crear un Graiver culpable porque los diarios Clarín, La Nación y la Razón, en combinación con la dictadura militar, querían apropiarse de la única fuente de papel de Argentina. Entonces a Timerman lo secuestraron y a ellos les dieron Papel Prensa. Ahí está el por qué crearon un gran monstruo”.

Por Pablo Roesler -
pabloroesler@gmail.com 

lunes, 25 de junio de 2012

La restitución a padres vivos de una niña apropiada en dictadura en primera persona

Una mujer apropiada por un policía y su mamá que la buscó durante ocho años testimoniaron en el proceso de La Plata. También hablaron una mujer que busca a su hermana apropiada y los hermanos del apropiador de Pedro Nadal García.

María Eugenia Gatica -restituída en 1985- y su mamá Ana María Caracoche en el juicio por el Circuito Camps (Foto Matías Adhemar)
 
“El día que me entregaron, el juez me preguntó si quería ver a mis padres y yo de inmediato dije que si. Me acuerdo que abrí una puerta y ahí estaban ellos estaban ahí”. Como una escena mágica recordó ayer María Eugenia Gatica aquel día de 1985 cuando ocho años después de haber sido apropiada por un policía Bonaerense, volvió a encontrarse con su familia, convirtiéndose en el único caso de restitución a ambos padres vivos. De esa búsqueda pero también de su propio secuestro y de la apropiación de su otro hijo habló su mamá, Ana María Caracoche, durante la audiencia del juicio por el Circuito Camps que se realiza en La Plata, en el que mañana dará testimonio el canciller argentino Héctor Timerman por el secuestro y torturas en el Puesto Vasco a su padre, Jacobo Timerman, durante la dictadura cívico militar.

Madre e hija testimoniaron en una nueva audiencia del juicio por crímenes de lesa humanidad que realiza el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata, en el que Caracoche recordó que su hija “fue desaparecida en La Plata el 16 de marzo de 1977, junto con la familia compuesta por José Abdala, Susana Falabela y José Sabino, el hijo de dos años y ocho meses. María Eugenia tenía un año y cuatro meses”.

Ese fue el comienzo de la tragedia: Caracoche recordó que un mes más tarde fue secuestrada de su casa y separada de su otro hijo, Felipe, de 4 meses. Contó que el nene quedó en manos de vecinos y que tras su liberación un mes después no pudo hallarlo. Dijo que debió exiliarse con su esposo en Brasil y que recién pudo recuperar al nene a la vuelta de la democracia, en diciembre de 1984.

Al año siguiente, junto con las Abuelas de Plaza de Mayo halló también a su hija: “En diciembre llegó la denuncia sobre una nena con otro nombre y otra edad que tenía las características de María Eugenia”. Cuando hicieron la extracción de sangre para el cotejo el resultado fue con un porcentaje altísimo: “Nosotros somos los únicos de los niños restituidos hasta hoy con mamá y papá vivos”, explicó la mujer.

Pero al verse cercados, el comisario Rodolfo Silva y su esposa Amanda Elisabeth Colard, quienes habían anotado la nena como propia con un certificado de nacimiento falso, escaparon. Y Abuelas publicó la foto de María Eugenia en la televisión.

“Me acuerdo que yo miraba la tele y vi mi foto con un mensaje que decía que mi mamá y mi papá me buscaban. No se cuándo fue eso, pero me acuerdo muy bien. Y ellos (los apropiadores) no me explicaron qué significaba. Y ya entonces empecé a dudar que fuera hija de ellos”, recordó la mujer, que poco después fue hallada y restituida a su familia por el juez Antonio Borrás.

Para declarar ante el tribunal que preside Carlos Rozanzki, madre e hija viajaron desde Victoria, la capital del estado brasilero de Espíritu Santo, donde viven desde 1989. “Ahí vivimos más libres, sin cargas”, explicó la decisión María Eugenia.

Apropiaciones. En la audiencia de hoy también declaró Clara Petrakos, hija de María Eloísa Castellini, una mujer secuestrada en La Plata en noviembre de 1976. “Ella estaba embarazada y alrededor del 10 de abril de 1977 da a luz a una niña, mi hermana, en un mugroso pasillo del pozo de Banfield. Mi mamá y mi hermana permanecen desaparecidas, pero yo se esto por numerosos testimonios”, explicó la testigo.

La mujer reveló que en la búsqueda de su hermana, su tía halló tres partidas de nacimiento firmadas por el médico policial imputado en el juicio, Jorge Bergés. “Por la conocida relación del policía médico con los partos en pozo de Banfield y otros centros clandestinos de detención, es que en 1986 mi tía inicia una causa judicial con tres partidas firmadas por él, porque se pensaba que una de ellas podía ser mi hermana”.

La búsqueda no dio resultado, pero creo las bases para encontrar en 1997 a una hija de desaparecidos. La joven encontró a una chica en Salta a quien sus padres habían adoptado en una clínica de Berges y que habían anotado en una partida de nacimiento con la fecha real de nacimiento.

“Es evidente que Bergés tenía un registro de las fechas reales de nacimiento”, dijo Petrakos, y recordó que esa chica supo en junio de 1999 que era hija biológica de Aida Sans y Eduardo Gallo, ambos desaparecidos, quienes según testimonios de sobrevivientes habían tenido una hija en cautiverio que había nacido el 27 de diciembre de 1977, “tal cual figuraba en la partida que firmó Bergés, aunque había sido realizada en marzo del ‘78”, recordó la testigo.

La patota. En la audiencia también declararon Roberto y Juan Carlos Ferián, hermanos del policía Luis Alberto Ferián, el apropiador de Pedro Luis Nadal García, un nieto cuya identidad fue restituida en 2004. Los hombres recordaron que tenían poco diálogo con su hermano y el segundo reveló que había sido policía en la Brigada de Investigaciones de Quilmes hasta el año 1971 donde denominaban “patotas” a los grupos operativo. También dijo que supo que la partida de nacimiento del chico apropiado la había firmado Bergés y aseguró que conocía al policía acusado en la causa, Jesús Bernabé Corrales, “desde hace 40 años”.

“Las patotas éramos cuatro o cinco policías, a eso se le llamaba la patota. Vos estabas en una patota. Eramos cinco policías: estaba el oficial, que era el encargado, y después estaba el subalterno. Eso era. Ahora no se cómo se les dice”, contó el ex policía, que dijo que no tenía mucho contacto con su hermano Luis Alberto, porque “yo era de otro palo, yo era vago y el era policía”.

Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com

jueves, 21 de junio de 2012

Detienen a un ex policía por la apropiación de Clara Anahí

Está acusado por los homicidios cometidos durante el ataque a la casa Mariani Teruggi en 1976 y del robo de la nieta de Chicha Mariani. Había reconocido su participación en el hecho.

Chicha Mariani durante la inspección en la casa de la calle 30, donde asesinaron a su nuera y secuestraron a su nieta

El ex policía Cecilio Reynaldo Gómez fue detenido por la Justicia federal platense acusado por los homicidios cometidos contra cinco personas y por la apropiación de la bebé Clara Anahí Mariani, ocurrido en el mismo ataque conjunto contra la vivienda del matrimonio Mariani Teruggi en plena dictadura, en 1976.

Gómez fue detenido en su casa de Berazategui por orden del juez federal Nº3 Arnaldo Corazza, en el marco de la causa 208, un desprendimiento del expediente que está siendo juzgado en el juicio por el Circuito Camps, que investiga hechos cometidos en los centros clandestinos que funcionaron en la Brigada de Investigaciones, Arana y comisaría Quinta.

El ex policía fue apresado por efectivos de la Policía Bonaerense el miércoles pasado, y el mismo día el magistrado lo indagó y lo procesó por su participación en el ataque a la casa de calle 30 entre 55 y 56, cometido el 24 de noviembre de 1976, donde fue asesinada la dueña de casa, Diana Teruggi, otros cuatro compañeros de militancia, y robada su hija, Clara, a quien su abuela Chicha Mariani todavía busca.

El 16 de junio de 1999, Gómez declaró ante la Cámara Federal de La Plata en el Juicio por la Verdad, donde reconoció haber participado del ataque. El policía dijo que ese día estuvo en el lugar del ex jefe de la Policía, Ramón Camps, y su Director de Investigaciones, Miguel Angel Etchecolatz.

En esa audiencia Gómez declaró haber estado sobre el techo de una casa vecina junto con el ex suboficial Néstor Busatto, quien resultó herido, y Osvaldo Sconza, quien falleció en el cruce de disparos con los militantes peronistas que se defendían del ataque desde dentro de la casa.

El ex policía dijo que tenían la orden de ingresar a la vivienda, pero que al ser alcanzados por los disparos, sus compañeros cayeron dentro de una habitación de la casa vecina. Además, dijo que él también había sido herido.

En el Juicio por la Verdad, tanto Gómez como Busatto negaron haber escuchado llantos de la bebé Clara Anahí o saber qué pasó con ella. Los dos recordaron que en noviembre de 1977, Camps les dio un "reconocimiento" por ser "heridos en servicio".

Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com

martes, 19 de junio de 2012

Dañan murales alusivos al juicio por el Circuito Camps

Integrantes del proyecto de Extensión de la UNLP y de la agrupación HIJOS regional La Plata condenaron el "acto vandálico" perpetrado sobre las imágenes realizadas para “acompañar y realzar el juicio” en el que “se está devolviendo la dignidad a las víctimas de crímenes aberrantes”, dijeron.

Repudian actos vandálicos sobre murales para acompañar el juicio por el Circuito Camps
Integrantes del proyecto de Extensión para el “Registro y visibilización del Juicio por delitos de Lesa Humanidad denominado Circuito Camps” de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y militantes de la agrupación HIJOS regional La Plata condenaron “acto vandálico” cometido sobre tres murales realizados en los murales de contención de la Ex Amia donde se sustancia el proceso contra 24 represores. El acto cobarde afectó deliberadamente las pinturas realizada para “acompañar y realzar el juicio” en el que “se está devolviendo la dignidad a las víctimas de crímenes aberrantes”, explicaron.

Con sendos comunicados Hijos y los integrantes del Proyecto repudiaron “las pintadas hechas sobre los murales frente al edificio en donde se está realizando el juicio por el denominado ‘Circuito Camps’”, y consideraron que “son una afrenta al trabajo que venimos realizando los distintos sectores por acompañar y realzar este juicio”.

Los murales fueron realizados el 18 de mayo, frente al Tribunal Oral Federal Nº1 ubicado en la ex Amia de 4 entre 51 y 53, con imágenes realizadas por jóvenes universitarios como parte de un proyecto de extensión aprobado por la UNLP que apunta “a visibilizar entre la comunidad platense, protagonista del terrorismo estatal, el desarrollo de lo que consideramos un juicio histórico”, explicaron desde ese espacio.

“Son murales que pretenden señalizar simbólicamente un lugar en donde se está devolviendo la dignidad a las víctimas de crímenes aberrantes, al permitirles tomar la palabra para aportar a que se haga justicia. También se están abriendo nuevas líneas de investigación a partir de las declaraciones. Y esto concierne a toda la comunidad, porque es sobre esas bases que queremos que se construya hacia delante”, detallaron en sendos comunicados.

Por eso, desde el Proyecto de Extensión señalaron: “Vemos con profunda preocupación el acto vandálico de querer manchar una producción artística cuyo único objetivo es que los ciudadanos puedan dar cuenta de este proceso de enjuiciamiento tan postergado en nuestro país”.

En la misma línea, desde Hijos indicaron: “Es gravemente preocupante este acto vandálico y cobarde por su anonimato, muestra de intolerancia y desprecio de un trabajo en el que se convocó a toda la comunidad”.

Las pinturas fueron dañadas deliberadamente con inscripciones en aerosol blanco realizadas directamente sobre las imágenes.

Circuito Camps: “Cuando recuperás la identidad también la recupera tu familia”

Pedro Nadal, apropiado durante la dictadura y restituido en 2004, y su padre declararon y señalaron a Jorge Bergés, el médico que firmó la partida de nacimiento falsa. También declararon amigos y familiares de su mamá que sigue desaparecida. El fotógrafo que denunció la apropiación.

Un joven que recuperó su identidad en 2004, Pedro Luis Nadal García, y su padre que lo buscó durante 30 años, Jorge Nadal, declararon en la audiencia del juicio por el Circuito Camps y señalaron a uno de los imputados como responsables de la apropiación: el médico policial Jorge Berges, quien firmó el certificado de nacimiento falso. Ante el acusado, que asistió a la declaración en su silla de ruedas, el joven repasó la mentira construida por sus apropiadores, un policía de la Brigada de Quilmes que en su casa lo presentaba como a su sobrino y una mujer que se empeció en ocultarle la verdad, hasta la búsqueda de su madre desaparecida que emprendió apenas supo quien era y que aún continúa. El padre contó luego su secuestro y la búsqueda de tres décadas que culminó disfrazado de cartero para poder acercarse a quien creía su hijo y que las pruebas de ADN le dieron la razón. También declararon familiares y amigos de la mujer desaparecida, y un fotógrafo de la revista 7 Días, Juan Vera, quien apenas retornada la democracia denunció el caso en Abuelas.

En una nueva audiencia del juicio que se realiza en la ex Amia de 4 entre 51 y 53, donde el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 (TOCF1) juzga a 24 imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 281 víctimas, Jorge y Pedro Nadal relataron sus búsquedas junto a las Abuelas de Plaza de Mayo. Otro joven recuperado, el platense Leonardo Fosatti; otro padre que halló a su hijo, Abel Madariaga, y la titular de Abuelas de La Plata, Jorgelina “Coqui” Pereyra, acompañaron las declaraciones desde el público.

EL HIJO. “Me notificaron del juzgado Nº3 del juez (Arnaldo) Corazza y cuando me presenté no sabía porqué iba. Si bien tenía dudas, nunca me imaginé que iba a ir a un juzgado a despejarlas”, comenzó su declaración Pedro Luis Nadal García, de 37 años y padre de tres hijos.

Ante los jueces Carlos Rozanski, Roberto Falcone y Mario Portela, el nieto recuperado recordó que nació el 29 de mayo de 1975, en Resistencia, Chaco, catorce días después de que una patota secuestrara a su papá en el Conurbano Bonaerense. Durante los siguientes diez meses vivió con su mamá, Hilda Magdalena García, y su hermano Carlos, en una vivienda de la localidad bonaerense de Guernica.

De esa casa fueron secuestrados entre el 5 y el 10 de marzo de 1976, e inmediatamente fue apropiado por el ex policía de la Brigada de Quilmes –donde funcionó luego el centro clandestino Pozo de Quilmes-, Luis Alberto Ferian, quien lo anotó como propio y se lo entregó a su pareja: Yolanda Isabel De Francesco, quien lo crió en su casa de Berazategui a pesar de que estaban separados.

“Mi apropiadora me decía: ‘tenes que pasar tiempo con él porque es tu padre’”, recordó. Para Pedro Nadal, esa era su verdad: que era hijo un extramatrimonial del policía. “En la casa de él no le podía decir papá. Le tenía que decir tío. Él tenía una familia formada con esposa y dos hijos, y a ellos les decía que era el primo. Sólo en nuestra casa era mi papá; para afuera decía que era mi tío”, recordó el joven.

Con ese “doble discurso” creció. Y se casó y se fue de la casa de su apropiadora. Y convivió con las dudas, recordó en la audiencia. Por eso cuando fue a la justicia aceptó de inmediato hacerse un estudio de ADN. Y fue a Abuelas de Plaza de Mayo, pero debía esperar los resultados para saber, entonces, explicó, comenzó una investigación personal sobre su origen.

“Abordé a sus familiares con los que me daba un poco más que era el cuñado de Ferián, Antonio Bozo. Él se quebró y me dijo que era cierto que yo era hijo de desaparecidos”, contó. Y siguió: “Me dijo: ‘tu papá, Ferián, entró en una casa de Quilmes con su equipo, se enfrentaron y mataron a todos. Y el bebé que lloraba eras vos, y como eras muy chiquito, se quedó con vos”.

Esa fue la primera versión que tuvo. Pero su búsqueda siguió y entre los papeles que guardaba su apropiadora encontró certificados de vacunación y la partida de nacimiento falsa en la que Bergés estampaba su firma.

Luego supo por la esposa de Bozo que De Francesco le había contado otra historia: “A vos te trajo Ferián de una celda de la Brigada de Quilmes. Estabas vos sentadito al lado de tu mamá, que tenía los ojos vendados”, reconstruyó Nadal. Luego supo que el policía tenía una relación estrecha con Bergés.

De lo que había compartido con su apropiador, Pedro rescató un listado de nombres de policías que habían actuado con el en un grupo de tareas que se hacía llamar ‘Brigada Fantasma’. Esas personas que Ferian le mencionaba una y otra vez eran: “un tal Polo, un tal Oscar que podía ser Oscar Simieli, un tal Carlitos, Jorge Cabañas (que vivía frente a la casa de su apropiadora: ‘cuando era chico me decía zurdito y yo no entendía por qué’, recordó) y Corrales”, recordó. El último apellido coincide con el de Bernabé Jesús Corrales, uno de los imputados en la causa.

Luego de su declaración dijo a la prensa que cuando recuperó su identidad “también la recuperó su familia”. Y repitió la interpelación a los represores que hizo en el estrado: “Que confiesen sus delitos, particularmente por los desaparecidos, para poder encontrarlos. Es muy importante para nosotros. Y ellos deberían tener un poco más de huevos y hacerse cargo”.

EL PADRE. Jorge Adalberto Nadal era un militante del PRT-ERP que la represión previa al golpe obligó a refugiarse en la clandestinidad. El hombre contó que el 16 de mayo de 1975 fue secuestrado en su casa del conurbano y llevado a la Brigada de Quilmes, que ya funcionaba como un centro clandestino. Allí vio por primera vez a Bergés.

Nadal contó que tras permanecer detenido como preso político en distintas cárceles del país, obtuvo la opción para retirarse del país y se exilió en París, donde se reencontró con su hijo mayor, Carlos. Desde Europa comenzó la búsqueda de Pedro y recién en 2004, ya devuelta en Argentina, tuvo los primeros resultados.

Los datos que pudo recopilar lo llevaron hasta la empresa IBM, donde trabajaba un hombre de apellido Ferián. Y tramó una idea: tener un contacto visual que le permitiera descartar sus dudas. Un día a las 9 de la mañana se presentó en el edificio de la empresa simulando ser un cartero: “Traigo una correspondencia para Luis Alberto Ferian”, dijo al recepcionista.

-Déjela que se la entrego.- le respondió el empleado.
-No señor, tengo la orden de entregarla en mano.- insistió Nadal.
-No se puede.- reiteró el recepcionista- démela a mi que se la llevo.
-Imposible. Yo soy un mensajero y tengo la consigna de entregarla en mano.- porfió Nadal, que ante la negativa reiterada decidió irse.
Ya llegaba a la puerta cuando el recepcionista lo paró: -Bueno, vuelva al mediodía que Ferian baja a almorzar.- le dijo.
Nadal esperó en un bar de la zona y a las 12 estuvo de nuevo en el lugar. Cuando vio al hombre alto que bajaba las escaleras no dudó. “¿Vos sos Ferián? Le pregunté. Cuando me dijo que si, lo miré y me dije: ‘este es mi hijo’”.

Al día siguiente fue a ver al juez Corazza y le pidió que cite a joven para pedirle que se hiciera un análisis de ADN. Ese fue el principio del desenlace.

EL FOTÓGRAFO. El fotógrafo Juan Vera conoció al ex policía Alberto Ferian apenas regresada la democracia en 1985, durante un asado en una sala de primeros auxilios de Ranelagh, Berazategui, donde el represor se presentó como tal sin pudor y recordó haber sido condecorado por el jefe de la Bonaerense en la dictadura, Ramón Camps.

El vínculo de Vera con el represor fallecido en 1995 era muy lejano y a través de la madre de su esposa que salía con el hermano del represor, y sabía que era integrante de lo que conocían como “la patota de Quilmes”. Por eso también conocía donde vivía su primera mujer con la que tenía un hijo. Pero al chico no lo conocía.

“Lo supe después –explicó Vera al Tribunal- cuando en una conversación la mamá de mi mujer me dijo ‘este tipo es pesado’, y ahí empecé a pensar que era parte del aparato represivo y asocié. Y empecé a pasar por la casa de su ex mujer y un día salió un chico que me saludó y era el pibe que me traía el diario todos los días. Y por la edad del pibe yo empecé a sospechar que podía ser apropiado”.

Vera entonces era bicicletero y le habían pagado el arreglo de una bici con una vieja cámara de fotos. Entonces, contó, tomó la decisión de tomarle una foto al joven. “Y con todos los datos que fui juntando, en el 85 yo le llevé todos los datos a Abuelas con una fotito que le saqué yo cuando fue a la bicicletería”, recordó. Y culminó: “A los 20 años supe que había recuperado la libertad”.
 
Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com