miércoles, 23 de mayo de 2012

La secuestraron cuando estaba amamantando a su hijo de 7 días

En 1977 Amalia Chambo se encontraba viviendo en City Bell con su marido, tenía un hijo y estaba embarazada, por esos momentos pensaba volver a La Plata para atenderse, y “estaba reestableciéndome para volver a Necochea”, pero el 7 de Febrero cayó la patota en su casa. “Yo estaba amamantando a  Juan Pablo que ya tenía 7 días, me hicieron dejar el bebé, gracias a dios”, comenzó relatando Chambo. “Me dijeron que eran de las Fuerzas Conjuntas,  me llevaron en un Torino blanco”. Relató además que la tabicaron y esposaron, y que llegaron a un lugar en La Plata con un garaje, y la llevaron  a un calabozo con otras tres personas.

“Todos los días nos pedían los nombres, yo estaba con Alesosky, Corona, Patricia de Simons… siempre con maltrato, amenazas”, explicó. Contó además que Patricia la ayudó mucho, la contuvo, no se conocían pero ambas eran de Necochea. Luego apareció Pablo Mainer, con quien se habían criado  juntos en City Bell. Relató allí que un día este compañero le consiguió un sacaleches porque se le estaba produciendo mastitis (un término médico que se refiere a la inflamación de la glándula mamaria, que en los peores casos puede llevar a la muerte).

Relató además que desde allí se escuchaban las torturas, “un día trajeron a alguien y lo colgaron, porque yo escuchaba bájenme!´”, explicó. Y contó que escuchó una conversación de los represores que los custodiaban: “a mi mujer la cagué a palos, a mis hijos también, me estoy volviendo  un animal”, relató Amalia que fueron las palabras de sus victimarios, y agregó “entre ellos, la violencia crecía”.

Un día, Amalia y otros cautivos fueron metidos en bolsas de papa arriba de un auto: “ese día no nos dejaron tomar agua y nos llevaron a un  campito”, comenzó esta parte del relato. “Cuando llegamos me bajaron y había una radio muy fuerte como tapando los sonidos de tortura, me  hicieron entrar a un lugar esposada y tabicada…yo estaba muy segura de lo que soy y lo que no…cuando el que me iba a interrogar me dijo ´vamos a zarandearla un rato´, yo por debajo de la venda veía los cables y escuchaba los ruidos, me estaban quitando la ropa, me preguntaron por  qué estaba sangrando…yo le dije que ellos sabían porqué, porque había tenido un hijo…yo le dije que me digan la causa (de porqué estaba secuestrada)…me dijeron que yo era la jefa de sanidad de montoneros, yo le dije de dónde lo sacaron, me nombraron gente que yo conocía de la facultad…yo seguía con mi postura, me dijeron que me estaban grabando y que si yo decía algo diferente a lo que había dicho, me mataban ahí  nomás…me preguntaron por la prima de mi ex marido, Graciela Sagues, yo le dije que si la conocía, me preguntaban por Uchanscky y de mi ex  marido…yo le dije que estaba cumpliendo guardia en la costa…me siguen acusando, me empezaron a hablar del Derecho, de Kelsen y la Teoría  Pura…bueno le dije ´si vos sos tan hombre de hacer algo con relación a quien es inocente…´, ahí dice ´dame  el arma´ …y ahí me dice ´pará,  pará, qué dijiste?´…yo lo repito…ahí dejaron de torturarme físicamente, yo deliraba, hablaba de derecho y ética…me torturaron toda la vida  psíquicamente”, así fue el relato tortuoso de Amalia en el Campo de Arana.

Luego fue nuevamente trasladada al Centro Clandestino anterior, y varios de sus compañeros de cautiverio ya no estaban. “Un día me llevaron a una  especie de patio, me amenazaron y me golpearon bastante”, allí cuenta que escuchó que la golpeaban en el oído a Claudia o Silvia Favero (“la hermana del músico”), y por lo que ella misma decía, estaba hecha “una morcilla” por los golpes.” Finalmente un día de mucha lluvia la llevaron hasta Plaza Italia y la liberaron.

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