martes, 15 de mayo de 2012

Ex detenidos revivieron el horror en la comisaría Quinta

Cuatro testigos recorrieron las celdas del ex centro detención durante la dictadura, en el marco de una inspección ocular en otra audiencia del “Circuito Camps”. Conmovedora galería fotográfica.

Las celdas de la comisaría Quinta, hoy, donde funcionó un centro de detención ilegal (Foto: Esteban Martirena


"No soy muy sentimental, soy más bien preciso. Por supuesto que hay otros que cuando declaran se ponen a llorar. Yo no lloro, en realidad lloro por dentro. Lloro igual”. El relato de Norberto Oslé genera un silencio profundo de reflexión en una de las celdas de la comisaría Quinta, ex centro de detención ilegal durante la dictadura, en el marco de otra audiencia ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, que lleva adelante el juicio a los represores del denominado “Circuito Camps”.

Oslé, junto a otros tres testigos –Nilda Eloy, Hugo Marini y Alicia Mimi– participaron de la inspección ocular realizada en ese centro de detención ilegal que funcionó durante la última dictadura militar. Ante los jueces Carlos Rozanski y Roberto Falcone, integrantes del tribunal, los ex detenidos relataron el horror que sufrieron en diagonal 74, entre 23 y 24. Describieron cómo eran las celdas y el resto del centro. Contaron que robaban la comida del perro para comer. Y reconocieron la palmera del patio, que les sirvió a muchos ex detenidos para orientarse y ratificar que estuvieron en dichas celdas.

“Yo estuve en las celdas de abajo, en la primera de la izquierda. No sabía qué había arriba (en la parte superior de la Comisaría). Recuerdo que las condiciones eran deplorables. Casi inhumanas. Estuve unos meses y recuperé la libertad (el 28 de abril del 77). Me trataron 'bien', respecto a los demás. Siempre tuve los ojos vendados”, describió Oslé (63 años), detenido el 13 de febrero del 77, en su casa, y torturado en Arana, según su declaración.

“Comíamos cada tres días, y un día nos largaron al patio por motivos de higiene. En ese momento, le robamos la comida a un perro lobo porque teníamos hambre”, recordó este militante del partido Comunista.

El en el lugar no sufrieron torturas, pero sí escucharon gritos y golpes en celdas cercanas. “Vinimos con testigos, defensores, el fiscal e hicimos la recorrida para que los testigos puedan recorrer este espacio. Lo que se trata es que puedan, si es que con el paso del tiempo pueden, recordar algo, señalarlo, describir una situación que pueda convertirse en un aporte”, contó el juez Carlos Rozanski.

Lo que se reconoció, según los testigos, fue el espacio. Se recordó el miedo y los gritos. Se volvió a sentir el horror, 35 años después de los secuestros ilegales. “Es la primera vez que vengo a la Quinta. Y las sensaciones son desagradables, difíciles de explicar. No tengo muchas palabras. Pero se siente bastante”, detalló Hugo Marini (59 años), secuestrado el 11 de enero del 77, en su Chacabuco natal, porque, cree, era el vicepresidente del centro de estudiantes de Chacabuco en La Plata, donde estudiaba medicina.

“Por lo que veo, estuve en la zona donde estaba el bañito, había un espacio de interlocución, y hablábamos con las mujeres cuando las traían a bañarse. Éramos unos 25 en la celda, con rotación constante”, dijo, sobre el lugar en donde estuvo unos dos meses en cautiverio. “Había mucho verduguero, cuerpo a tierra, salto de rana. Nos ataban de pies y manos; pero la tortura se sufría en Arana”.

De la recorrida participó también Alicia Mimi. Dijo que “hay mucha reformas”, pero recuerda donde estaban las celdas y las letrinas. “Siempre trato de ayudar a los compañeros que vienen a identificar, a reconocer y a colaborar con la Justicia. Se hace difícil… Bueno, ya no me pregunten más…”, dijo Oslé, y se marchó sonriente. Porque él no llora como todos. Llora por dentro
Por Sebastián Arias - @sebastianarias8

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